miércoles, 14 de marzo de 2012

Este lettering popular en la segunda mitad del siglo xx se vió influenciado por la estética pop y psicodélica de moda. Su trabajo absorbió los colores brillantes que resaltaban los textoscontra el fondo negro de las pizarras, es probable que ahí se originara la estética cromática de los afiches llamados “chicha”.

Ahora bien, el término chicha tiene dos connotaciones dentro de la cultura peruana. La primera se refiere a la bebida fermentada hecha en base a maíz desde épocas preincaicas. La segunda se refiere al género musical que se originó a raíz de la migración de pobladores desde los andes a la costa, en especial Lima. La música chicha es el resultado de la fusión del huayno serrano con la cumbia colombiana y el son cubano. El toque característico se lo dio el uso de la guitarra eléctrica y los sintetizadores en la interpretación. Esta música fue tratada de un modo despectivo por las clases media y alta, a quienes les parecía de mal gusto, empezando a usar la palabra “chicha” para designar lo que escuchaban obreros y empleadas del hogar. Pero ni a los “chicheros” les gustaba que se usara ese término que llegó a ser sinónimo de excluído, inmigrante o improvisado.

Está música venía acompañada de códigos visuales propios y prestados. Para Jaime Bailón y Alberto Nicoli, autores de Chicha Power El marketing se reinventa.” El epicentro de la chicha se encuentra en Huancayo” y es que de ahí provenía Flor Pucarina (Leonor Efigenia Chávez Rojas) y Picaflor de los Andes (Víctor Alberto Gil Mallma) dos intérpretes de huaynos de la sierra central a quien Chacalón (Lorenzo Palacios Quispe), el intérprete más recordado de la chicha, admiraba desde niño. Él era parte de la primera generación de hijos de migrantes nacidos en Lima. Cuando daba sus conciertos se decía que “los cerros bajaban” en alusión a la multitud de gente que iba sus presentaciones.

Asimismo, Los Shapis son el grupo de música chicha más exitoso a principios de los 80. Vendían más discos que Julio Iglesias y Michael Jackson juntos según escribiera Chema Salcedo en la revista QueHacer (http://peru30.wordpress.com/2011/01/23/los-shapis-y-el-poder-de-la-chicha-1984/). El grupo se fundó en Huancayo y su primer éxito “El aguajal” es una adaptación que hizo Jaime Moreyra, primera guitarra de la agrupación, del huayno de Teodomiro Salazar “El alizal”. Él cuenta que quería “… ampliarle su radio de acción, hacerla más bailable y de más llegada a las masas populares. Escuché el huayno, lo vi bonito y tuve que acomodar los compases para el ritmo folktropical. Salió más bailable y cadencioso” (Chicha peruana. Música de los nuevos migrantes. Wilfredo Hurtado 1995).

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